En los últimos días estamos siendo testigos de la exposición pública de un relato que a priori, y a falta de más datos parece compatible con un delito de violencia de género, lo que ha motivado que mucha gente se haya sentido interpelada a hablar y a ofrecer diferentes puntos de vista, unos porque están interesados en el personaje público, otros para mostrar la lacra que aún hoy en día supone la comisión de este tipo de delitos, incluso negacionistas de la existencia de esta infracción como tal, otros sobre los derechos que asisten a todos los ciudadanos de nuestro país, como la presunción de inocencia, otros sobre los efectos psicológicos y psiquiátricos de las víctimas de esta clase de conductas, otros sobre los efectos colaterales que producen situaciones como las que dice que ha vivido la protagonista en el deterioro de las relaciones familiares: hijos, hermanos, tíos… y hay quien también se ha preguntado si la mediación podría tener cabida en un proceso como el que se está desencadenando según se vaya desarrollando el relato, y entre conductores de programas, presentadores, contertulios, personas anónimas, Ministras, abogados, psicólogos, psiquiatras, Defensores del menor, representantes de asociaciones de víctimas de violencia machista también ha hablado una de las mediadoras más reconocidas de nuestro país: Ana Criado, presidenta de la Asociación Madrileña de Mediadores, con una acertada intervención en uno de los programas de televisión que cosecha más audiencia.