Mediación, procedimiento interesante para atender los daños morales
Recuerdo una frase que escuché hace ya muchos años en mi anterior trabajo, exclamada por aquella viuda que, tras fallecer desafortunadamente su marido en un accidente laboral, reclamaba justicia, no quería dinero. Pensaba que le tenían que dar explicaciones, disculpas sinceras, entender cómo se sentía o que alguien tenía que ir a la cárcel, pero en realidad no cabía mucho más que una condena penal como complemento o alternativa a una indemnización económica que pudiera compensar tan terrible pérdida.