La reforma de la segunda oportunidad, la consagración del paradigma y la crisis del valor justicia
Decía Víctor Hugo que lo difícil no era ser bueno, que lo difícil era ser justo. Con la reforma de la Segunda Oportunidad sucede algo parecido, con el antecedente que teníamos en la Ley Concursal no era difícil hacer una ley buena, ya que partíamos de una ley que era en principio aceptable, lo difícil era reformar una ley buena para hacer una ley que también fuera justa. En la que ahora se ha aprobado no se ha conseguido.