Cómo proteger a mi hijo/a de los contenidos inapropiados de Internet

Verónica Pedrón Pardo

Socia en Términos y Condiciones, responsable del área de publicidad y marketing de influencia y consultora en Legaltechies

El INE ya en 2018 recogía en sus estadísticas que cerca del 85% de la población española tenía acceso a internet desde el hogar y, en particular, casi el 70% de menores de 15 años disponían de un teléfono móvil. Desde entonces estas cifras no han hecho más que aumentar y con ello también los peligros asociados a este uso de Internet y de dispositivos conectados a él, sobretodo por parte de los menores.

Y es que, el acceso a contenido inapropiado puede producir múltiples consecuencias en los menores. En este sentido, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) dentro de su iniciativa Internet Segura para Niños, destaca los siguientes daños potenciales:

  • Daños psicológicos y emocionales debido a la inmadurez y a la autoestima en desarrollo del propio menor.
  • Desinformación, manipulación y construcción de falsas creencias que pueden provocar los contenidos falsos y sin rigor que puedan encontrar en la red.
  • Los menores pueden entender que determinados contenidos (homofobia, racismo, machismo) son positivos y actuar conforme a ello.
  • Daños para la salud física que provoquen desórdenes alimenticios o animen a los menores a realizar actividades potencialmente peligrosas para su salud, como por ejemplo los vídeos virales.
  • Acceder a determinados contenidos puede acercar al menor a colectivos extremistas, violentos o racistas, sectas de carácter ideológico o religioso, grupos políticos radicales, etc.
  • Acceso a contenidos inapropiados sobre drogas, sexo y juegos de azar que pueden favorecer trastornos de adicción.
  • Los menores son más vulnerables a la hora de interpretar y gestionar la publicidad excesiva a la que están expuestos en Internet ya que puede generar en ellos la necesidad de consumir compulsivamente, como sucede con las compras en juegos y aplicaciones.

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Para evitar estas consecuencias y controlar y limitar la exposición de los menores a contenido inapropiado, los padres y tutores cuentan con una serie de opciones que se exponen a continuación.

La primera de ellas es el uso de buscadores, aplicaciones dirigidas específicamente a niños y launchers, como por ejemplo Youtube for kids, que impiden que el menor acceda a contenido inapropiado. Esta es una opción relativamente sencilla y efectiva para los más pequeños de la casa (de temprana edad), pero siempre es recomendable que se usen con vigilancia y supervisión de los padres, ya que no siempre tiene el éxito deseado.

La segunda son las aplicaciones de control parental que ofrecen los propios desarrolladores de sistemas operativos (Windows, Mac, Android o iOS), operadores de telefonía y otras empresas. Este tipo de herramientas nos ayudan en el filtrado de contenidos y también ofrecen otras funcionalidades como el control de tiempo de uso del dispositivo, bloqueo de acceso a aplicaciones y control de tiempo de uso en ellas, control de actividad en redes sociales, gestión remota para padres y tutores e incluso localización GPS del menor en tiempo real.

Pese a ello, debemos tener muy en cuenta que para ofrecer todas estas funcionalidades estas aplicaciones necesitan muchos permisos de acceso a recursos protegidos del dispositivo, y según el caso, tratar datos personales del menor.

En este sentido, los padres deben de tener mucho cuidado con la herramienta que finalmente escogen de cara a poder salvaguardar la privacidad de sus hijos.

Por ello, antes de seleccionar una de estas aplicaciones es importante conocer toda la información precisa sobre los tratamientos de datos personales que llevará a cabo. Es decir, leer por encima la Política de Privacidad. En la misma habría que comprobar que exista una identificación clara del responsable de esa aplicación, las medidas de seguridad que se utilizan, plazo durante el que se guardan los datos, las posibles cesiones de estos datos a terceros y a quién contactar en caso de problemas.

Asimismo, también es importante seleccionar aquella opción que mejor se ajuste a la funcionalidad que se necesite, ya que es desaconsejable hacer uso de herramientas con mayores funcionalidades de las que realmente necesitemos. O lo que es lo mismo, cuantas más funcionalidades tenga la herramienta, mayor potencial invasión en la privacidad del menor. Eso puede implicar que sus datos estén más expuestos de cara a cualquier tipo de incidencia de seguridad que pueda producirse.

El ejemplo más destacado dentro de este tipo de herramientas es Family Link. En base a lo expuesto y analizando su Política de privacidad, podemos destacar que se recogen distintos datos del menor:

  • Al crear una cuenta (nombre y apellidos o edad).
  • Al hacer uso de los servicios de Google en aplicaciones, navegadores y dispositivos (tipo de dispositivo o información sobre la red).
  • La actividad del menor (los términos de búsqueda para recomendarle apps que podrían gustarle).
  • La ubicación del menor (su geolocalización o la dirección IP).
  • Su voz o conversaciones con otros.

Todos estos datos recogidos son utilizados por la herramienta para: mejorar el servicio, personalizarlo, mantener la seguridad y detectar usos inadecuados, como spam o contenido ilegal.

En cuanto al plazo de conservación (cuánto tiempo se guardan los datos) y los derechos que se pueden ejercer por parte del usuario, nada se dice en esta Política de Privacidad.

Por último, debemos destacar que no se produce cesión de los datos a terceros. En este sentido, la información del menor sólo podrá ser vista por los miembros del grupo familiar de Google y para cualquier otro tipo de acceso de terceros a ella será necesario el previo consentimiento, a excepción de los casos en los que exista una obligación legal de colaborar con las autoridades competentes.

Por tanto, cuando hagamos uso del control parental es importantísimo encontrar aquella herramienta que tenga las funcionalidades imprescindibles que buscamos y, a su vez, configurar la privacidad de la misma (denegando los permisos que no sean necesarios, como la localización en todo momento). La finalidad es evitar la recopilación de los datos que no sean imprescindibles y los posibles accesos de terceros a toda la información del menor.

Siguiendo con la enumeración, y como tercera opción, estarían las herramientas que permiten evitar el acceso a contenido inapropiado mediante la configuración de servidores DNS, por ejemplo las opciones ofrecidas por OpenDNS (Family Shield) o CleanBrowsing. Las mismas filtrarán y no darán acceso a aquellas webs que puedan dirigir al menor a contenido inapropiado (para adultos, sobre juegos y apuestas, descarga de torrents o redes sociales, entre otras).

Son soluciones bastante efectivas para todos los dispositivos conectados a la red de casa, bien sea a través de conexión WiFi o cable, y para móviles, tablets, ordenadores, videoconsolas o smartTVs. Eso sí, pierden su efectividad cuando el dispositivo se conecta a otra red o utiliza conectividad de datos móviles.

En conclusión, como padres y madres tenemos que proteger a nuestros hijos de todos los peligros y contenidos inapropiados que circulan a día de hoy por Internet y a los que los menores pueden acceder con tan solo un clic. Para ello podemos hacer uso de las herramientas expuestas anteriormente, aunque teniendo muy en cuenta la privacidad y la intimidad del menor antes de usarlas, de manera que se evite que sus datos personales estén expuestos a terceras personas.

Asimismo, este control y protección podrá llegar a ser totalmente efectivo si le sumamos una buena educación en el uso de redes, Internet y dispositivos electrónicos. De esta manera, haremos entender a nuestros hijos que Internet es una gran herramienta de conocimiento y ocio pero que a través de él pueden estar expuestos a una gran cantidad de peligros (al igual que en el mundo real). Por tanto, deben estar preparados para saber cómo protegerse y actuar, contando siempre con nuestra ayuda.