Ayudas al alquiler para jóvenes: recortadas y congeladas

El acceso a una vivienda supone uno de los principales problemas para los jóvenes de hoy en día que sufren un altísimo nivel de desempleo y precariedad laboral, lo que provoca que, ante la necesidad de emanciparse, su situación económica se lo impida. En España, la edad media de emancipación es alrededor de los 30 años, una de las más altas de Europa.

Nuestro mercado de alquiler también se encuentra a la cola en referencia al europeo, representando solamente el 11 % frente al 40 % de media que hay en Europa.

Ante esta situación, y para fomentar y potenciar la difícil tarea de independizarse, nació la Renta Básica de Emancipación, que consiste en una ayuda iniciada en enero de 2008 destinada al apoyo económico para el pago del alquiler de vivienda habitual en las condiciones y requisitos que estableció el Real Decreto 1472/2007, el cual fue derogado en 2011.

En líneas generales, esta ayuda se destina a los jóvenes de entre 22  y 30 años, que estén en condiciones de acceder a una vivienda en régimen de alquiler y dispongan de una fuente regular de ingresos que no supere un límite establecido (22.000 euros brutos anuales).

La ayuda incluye una subvención de 120 euros destinada a cubrir los gastos de tramitación de constituir un aval como garantía del arrendamiento y un préstamo de 600 euros sin intereses, que deberá devolverse cuando se extinga la fianza prestada en garantía del arrendamiento o cuando se dejen de reunir los requisitos para acceder a esta ayuda.

El pasado 30 de diciembre el Consejo de Ministros, a través del Real Decreto 20/2011 de Medidas Urgentes en Materia Presupuestaria, Tributaria y Financiera para la Corrección del Déficit Público, acordó la no renovación de la ayuda derogando el RD 1472/2007, pero decidió mantener la cobertura para quienes ya tenían el derecho concedido, es decir, para aquellos que lo hubieran solicitado hasta el 31 de diciembre de 2011 y siempre que en dicha fecha cumplieran los requisitos contemplados en la norma que se derogó.

Además, poco más tarde, esta ayuda, a través del Real Decreto 20/2012 de Medidas para Garantizar la Estabilidad Presupuestaria y de Fomento de la Competitividad, sufrió un nuevo recorte económico y se redujo en un 30 % su importe por lo que los beneficiarios pasaron de percibir 210 euros a 147 euros, todo esto durante un máximo de cuatro años, sean o no consecutivos, o hasta que se cumpla la edad de 30 años, lo que da lugar a su extinción.

Este recorte se debe a la reducción del gasto público, la caída del precio del alquiler y la disminución de los tipos de interés, así lo entiende el Secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, al justificar esta bajada de la ayuda.

Desde que entró en vigor la Renta Básica de Emancipación, siempre ha estado rodeada de polémica siendo la principal crítica que ha recibido su mala gestión y el retraso que sufren los solicitantes, tanto en su aprobación y tramitación, como en recibir los pagos.

Ahora su futuro es incierto, ya que, pese a que los presupuestos del Ministerio de Fomento para 2013 contemplan la dotación de 210 millones de euros para pagar la RBE, la última comparecencia del Secretario de Estado en la Comisión de Fomento del Congreso de los Diputados pone de nuevo a esta ayuda en entredicho al afirmar que dicha dotación la “llevaran al plan de alquiler en los términos que queden fijados finalmente”, por lo que todavía no está claro que ese dinero se destine finalmente a pagar la RBE.