Ricardo Soriano Vidal y Laura Alfayate Alonso
Alumnos del Practicum de la Universidad Carlos III
Todos los días suelen parecernos iguales. Sobre todo en verano, cuando perdemos la noción del tiempo y no nos preocupamos por nada más allá de ponernos morenos (o no quemarnos demasiado). Sin embargo, siempre tenemos esas fechas que nos marcan; en mi caso, este verano fue el tres de julio: día en el que comenzaba las prácticas en Sepín.
Estaba nervioso por qué me iba a encontrar, y tampoco sabía si sería capaz de afrontar todos los retos que supondría trabajar en una editorial jurídica. De hecho, tenía serias dudas sobre qué era exactamente lo que se hacía en una. Mi único consuelo era que allí iba a reencontrarme con una amiga y compañera de la universidad que, además de haber pasado por lo mismo el año anterior, había decidido quedarse durante el siguiente curso. Tan mal no podría estar entonces la experiencia.
Pronto descubrí por qué Laura había decidido alargar sus prácticas en la Editorial. Sepín es una empresa en la que desde el primer día eres recibido con los brazos abiertos, de manera que uno tarda muy poco en sentirse como en casa y perder esos miedos y nervios iniciales. En mi caso, nada más llegar conocí a mi tutora Ana Canturiense, que me sorprendió interesándose por qué ramas del Derecho me gustaban más. Poco después, fui conociendo a los demás: Alberto, que me introdujo en la búsqueda de jurisprudencia de derecho laboral; Miguel, que terminaría por ser con quien más tiempo pasara…e incluso, Ana Vidal, conexión Madrid-Canarias.
Durante estas semanas he descubierto, por fin, en qué consiste el trabajo de una editorial. Aunque estoy convencido de que en Sepín van más allá. He tenido la oportunidad de trabajar en diferentes materias y productos. Por ejemplo, he participado en la redacción de JPs para Propiedad Horizontal y Violencia Doméstica y de Género; he ayudado con el diseño de formularios para Familia Cataluña; conocido las diferentes herramientas de edición de productos… Además, al estar mayoritariamente con Miguel, me ha descubierto un mundo: el del Derecho Procesal; desde cómo se desarrollan las formaciones o los boletines colectivos, hasta cómo se resuelven las consultas de los clientes.
Yo, por mi parte, ya hablé sobre mi experiencia de prácticas el año pasado con mi compañera Fátima. Pero lo que no podía predecir por aquel entonces era que, en septiembre, volvería a Sepín para trabajar como becaria en el departamento de Propiedad Horizontal. ¿No había tenido suficiente con trabajar en verano? Evidentemente, no.
Llegué con más dudas que la primera vez. Aunque tampoco me duraron mucho gracias a cómo me recibieron de nuevo y, en especial, a María José. Yo no es que tuviera una vasta experiencia sobre comunidades de propietarios; a decir verdad, es uno de los temas que más suele olvidarse en la carrera de Derecho. Pero ella no sólo me enseñó (con mucha paciencia) todo lo complejos que pueden ser los conflictos entre vecinos, sino que, incluso, ha conseguido que disfrute de esta materia.
A lo largo de este post hemos tratado de contrastar dos puntos de vista: el de Ricardo, el nuevo estudiante en prácticas y el de Laura, que continuó su experiencia durante el siguiente curso. No obstante, ambos podemos afirmar que merece la pena la experiencia en Sepín. De todo podemos sacar una enseñanza. Pero en este caso, de Sepín también nos llevamos unos grandes compañeros que, a pesar de la diferencia de edad (por favor, que nadie se ofenda), siempre nos han dado la suficiente confianza como para olvidar nuestras inseguridades y nos han descubierto aspectos del mundo del Derecho que ni se nos habían mencionado durante la carrera.
Cuando uno piensa en Derecho y, sobre todo, en sus salidas laborales, siempre se nos vienen a la cabeza dos: trabajar en un despacho u opositar. No solemos reparar en otras opciones, como pueden ser las editoriales (jurídicas). Y, sin embargo, un mes basta para descubrir que realizan un trabajo esencial: cada día buscan de manera exhaustiva todos los nuevos cambios legislativos, predicen cómo influirán y ponen a disposición de sus clientes todos los recursos que les serán necesarios (formularios, jurisprudencia al detalle, noticias, píldoras formativas…). Es una pena que tienda a pasar desapercibido el trabajo minucioso y cuidado que realizan sin descanso.
En definitiva, Sepín es un SÍ O SÍ siempre que se ofrezca la oportunidad.