Prácticas en Sepín: una experiencia para no perderse
Fátima Mendes Mendes y Laura Alfayate Alonso
Alumnas del Practicum de la Universidad Carlos III
Llegó el día viernes 1 de julio y, mientras muchos estaban de camino a la playa, nosotras esperábamos recibir la videollamada para empezar nuestras prácticas. En un principio, teníamos la reunión sobre las nueve y media con Ana Lozano -nuestra tutora de las prácticas-. Sin embargo, el gran Miguel Ángel Arnal ya nos había avisado el día anterior de que nos llamaría antes por aquello de una serie de trámites informáticos que teníamos que hacer para poder teletrabajar. Su “antes” resultó ser todavía más pronto de lo que nos esperábamos, así que a las ocho de la mañana, Laura estaba al borde de ahogarse con el desayuno e intentando que Fátima se despertara. A pesar de ello, sobrevivimos a nuestro primer día descubriendo el innovador y avanzado programa de gestión de edición.
El lunes seguimos teletrabajando, y esta vez, se sumó Miguel Guerra a la reunión. Diríamos que nos presentó a todos los compañeros, pero verdaderamente fue más abordarles a videollamadas hasta que nos hicieran caso. Fuimos entonces dándonos cuenta de algo que tardamos poco en confirmar: Sepín es una auténtica familia.
No fue hasta el miércoles que llegamos a la oficina y pudimos tener -por fin- nuestra primera toma de contacto. Al llegar, nos encontramos con una Ana preocupada por que nos hubiéramos arrepentido y no fuésemos a aparecer, ya que dijimos que entraríamos a las ocho y hasta las nueve no hicimos acto de presencia -Ana, gracias por tanto y perdón por tan poco-. Huir no estaba entre nuestros planes, pero de haber sabido la que nos esperaba, tampoco hubiera sido algo tan descabellado.
Comenzamos con la reunión de Sepín organizada por el nuevo director, Alejandro Cubí, con el fin de ir conociendo mejor la editorial y sus integrantes. La idea no era que fuésemos parte de ella, sino que estuviésemos tranquilas en nuestra mesa con las tareas que Ana Canturiense y Miguel Guerra nos habían asignado respectivamente. Sin embargo Alejandro nos invitó como parte del equipo y acabamos sentadas con todos, con Fátima redactando el acta -gracias, Samuel, por los chivatazos- mientras Laura le daba apoyo moral y se alegraba de que no le hubiera tocado a ella.
Poco a poco, fuimos sintiéndonos cada vez más parte de Sepín; aunque el segundo día, Adela nos descubrió intentando huir. Otra vez.
Por un lado, Fátima de la mano de Miguel Guerra en el departamento de Procesal Civil extractando sentencias, escribiendo tanto un muy interesante post -lo sentimos, pero el spam era necesario- como un ebook, buscando jurisprudencia… Por otro, Laura en Familia con Ana Canturiense y Natalia García, redactando formularios, leyendo jurisprudencia, extractando e incluso, tratando el tema de sucesiones catalanas sin morir en el intento -ni siquiera de aburrimiento-…Sin embargo, desde el segundo día nos organizaron tan bien la agenda que pudimos descubrir algunos de los otros departamentos.
Así, hemos tenido la oportunidad de aprender con Iciar Bertolá cómo subir los formularios a la página web de Sepín; conocer el laborioso trabajo del departamento de legislación – ¡grandes Mónica y Virginia! -; ver en primicia cómo se graban las píldoras formativas e incluso, lo imposible: descubrir cómo utilizar mejor las redes sociales -gracias, Nacho-.
Sinceramente, si en algo estamos de acuerdo es que la gente no sabe lo que se pierde hasta que conoce Sepín, sobre todo los universitarios -hasta dónde hubiésemos llegado de haberlo conocido antes-. Empezamos aquí sin esperar nada en concreto, más allá de disfrutar de una experiencia nueva. Sin embargo, ahora estamos seguras de que habría estado complicado aprender tanto en la mayoría de las demás prácticas que nos ofreció en su día la Universidad. Cuando escuchamos la palabra “editorial” suelen venir a nuestra cabeza libros, y si le añadimos “jurídica”, pensamos en códigos y manuales. Pero Sepín va mucho más allá. Es una editorial que abarca todo, desde estar al día en las redes sociales hasta la selección de un contenido de calidad para la publicación de un artículo jurídico, pasando por el trato directo con el cliente para resolver las diferentes dudas -en su mayoría, a través de consultas- que le puedan surgir.
Sin que suene a despedida, porque esperamos que no lo sea -os habéis ganado dos futuras clientas-, millones de gracias por todo. Por vuestra disponibilidad, vuestro compañerismo, vuestra paciencia y por transmitirnos la esencia de Sepín. Un mes se nos ha pasado demasiado rápido. Y aunque hubiésemos preferido estar en la playa, Sepín ha sido una gran competencia para ella.