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Cómo blockchain se está usando en el sector turístico

Escrito por Administrador | 03 de abril de 2020 - 08:02

Felipe Herrera Herrera

Abogado especializado en Derecho Digital y responsable del área sobre Blockchain en el bufete Términos y Condiciones. Consultor en Legaltech en la firma Legaltechies. CEO y miembro fundador del Portal Jurídico A definitivas

El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado que el turismo español batió en 2019 un nuevo récord en llegadas y gasto de turistas extranjeros. De hecho, cifran en 83,7 millones los extranjeros que vinieron el año pasado a España, lo que supone un 1,1% más que durante 2018.

Además, el gasto de estos visitantes también batió una nueva marca tras crecer un 2,8% y alcanzar los 92.278 millones de euros.

Lo datos anteriores sin duda acreditan que el turismo es la primera industria nacional facturando durante el año pasado 93.000 millones de euros que, en definitiva, representan el 13% de la riqueza nacional.

Por otro lado, Randstad, empresa líder en recursos humanos en España, afirma que el 21% de las empresas españolas ha decidido invertir en formación tecnológica especializada para sus empleados.

Entre otras tecnologías, blockchain parece despuntar como uno de los conocimientos que más se buscan en el mercado, algo confirmado por LinkedIn al incluirla en su lista de las diez habilidades más solicitadas por las empresas en la actualidad.

Visto lo anterior, es normal que Alastria, la asociación que busca alcanzar la economía digital a través del desarrollo de tecnologías de contabilidad distribuida/Blockchain, haya entrado de pleno en el sector turístico, impulsada por el Tourism Data Driven Solutions (TDDS), el Consell de Formentera y varias startups, formando el sectorial de Turismo en Alastria.

Todo apunta a que Alastria busca revolucionar el turismo mediante Blockchain, o lo que es lo mismo, transformar una industria con 83 millones de consumidores extranjeros y que mueve 93.000 millones de euros.

Guía legal para una startup

Antes de continuar, recordemos que blockchain no es más que una base de datos autorizada y distribuida que permite “anotar” datos de todo tipo, que no pueden ser revisados o alterados. Es decir, que estamos ante una base de datos especial en la que la información contenida se agrupa en bloques a los que se les añaden metainformaciones relativas a otro bloque de la cadena anterior en una línea temporal.

De esa forma, y gracias a técnicas criptográficas, la información contenida en un bloque solo puede ser rechazada o editada modificando todos los bloques posteriores.

Además, al existir dicha base de datos al mismo tiempo, en centenares de miles o millones de ordenadores, no hay una localización central para su gestión, lo que dificulta muy considerablemente su hackeo, facilita su verificación y distribuye la confianza sobre la veracidad de esos datos en todos los ordenadores de la red y no en una ubicación central.

Sea como sea, que el sector turístico vaya a utilizar la tecnología blockchain no es ninguna novedad. De hecho, ya hay servicios y proyectos que utilizan la cadena de bloques desde hace años.

Pero ejemplo las principales empresas turísticas, como TUI Hotels, ya utilizan blockchain para mejorar sus sistemas de reserva y pago o también para crear una base de datos descentralizada.

Otros ejemplos que podemos citar son CheapAir, Expedia, One Shot Hotels y Webjet, que aceptan bitcoins como forma de pago.

Como vemos, el uso de la tecnología blockchain por parte de las empresas del sector turístico es una realidad y, entre otros ámbitos, consideramos que puede tener un importante efecto en: a) la identidad y verificación de la persona, b) la gestión de equipajes o c) los programas de fidelización.

En primer lugar, los servicios de identidad y verificación de la persona son muy importantes para la industria del turismo, y blockchain podría convertirse en el estándar para almacenar esta información (personal y no personal). Utilizada de esta manera, la tecnología tiene la capacidad de reducir drásticamente los tiempos de facturación o las interminables colas en los aeropuertos, ya que una simple huella digital o escaneo de retina puede reemplazar los documentos que actualmente se exhiben. Eso sí, siempre teniendo en cuenta la gestión de datos personales en la cadena de bloques.

Un claro ejemplo es el proyecto colaborativo llamado ShoCard y SITA, que ha creado una base de datos de identificación descentralizada utilizando un formato estándar y para permitir a las compañías turísticas verificar la identificación del cliente de manera rápida y fácil.

De esta forma, al acudir por ejemplo a un aeropuerto, ya no tendríamos que esperar para facturar, bastará con acercarnos a un mostrador o pantalla y, en ese punto, enseñar desde el smartphone nuestra documentación o usar nuestra huella dactilar o voz. El aparato reconocerá tu identificación biométrica puesto que previamente ya la habrás facilitado a la aplicación y, desde ese momento, en cada punto al que llegues bastará con repetir la acción. Esta idea también es extrapolable a otros escenarios como por ejemplo cuando llegas a un hotel, ya que podrías saltarte el check-in por completo.

Por otro lado, la tecnología Blockchain puede ser muy útil para rastrear los movimientos de equipaje, especialmente cuando se trata de viajes internacionales donde es común que haya muchos intermediarios y disponer de una base de datos descentralizada facilitará mucho el intercambio de datos de seguimiento entre empresas.

La plataforma Winding Tree es quizás el principal ejemplo de seguimiento de equipaje a través de blockchain. La falta de participación de terceros significa que el seguimiento se puede lograr de manera fácil y segura, y todos los procesos se benefician de una mayor transparencia.

Por tanto, la trazabilidad de blockchain permitirá a los usuarios conocer en tiempo real la ubicación de su equipaje, teniendo estos un número de rastreo para saber exactamente dónde se encuentra en todo momento. Asimismo, se dota de una mayor seguridad ya que los datos que se almacenan son inmutables y transparentes para todas las partes (por ejemplo si se extravía una maleta siempre sabremos en qué punto y quien fue el responsable).

Por último, muchas compañías turísticas ejecutan programas de fidelización de clientes para alentar que los mismos vuelvan y además personalizar al máximo los servicios que ofrecerles. En este punto, blockchain también puede ayudar simplificando el proceso al máximo.

Un ejemplo puede ser Trippki, donde los usuarios y las empresas del sector turístico se ponen en contacto directo. A los primeros se les asignan una serie de “tokens” como recompensa por alojarse en un determinado hotel. Los mismos quedan registrados en la cadena de bloques. Por lo tanto, no caducan y pueden ser utilizados en cualquier momento y en muchos servicios distintos.

De este modo, blockchain permitirá a los usuarios acumular sus recompensas al instante, en lugar de esperar un cierto período de tiempo después de sus estancias. Esa inmediatez también podría permitir mejores promociones cruzadas con otros socios proveedores de servicios.

Asimismo, toda la información anotada en blockchain relativa a cómo ha gastado el usuario sus recompensas podría dar a los hoteles un perfil mucho más completo de los mismos. Es evidente que la posibilidad de poder identificar a los usuarios según sus comportamientos de compra y su futura propensión a gastar son datos invaluables para formular perfiles y servicios personalizados.

En conclusión, la cadena de bloques puede beneficiar al sector turístico en materias como: a) más control de los procesos y menor dependencia de los intermediarios, b) la creación de una identidad digital, c) mayor fidelización de los clientes, d) se evita el fraude, e) reducción de costes costes y g) mejora en el seguimiento de equipajes.

Sea como sea, la tecnología blockchain está todavía en una fase inicial de su vida. Existe un consenso en cuanto a su potencial, sin embargo, todavía es muy difícil saber hasta dónde podrá llegar y cómo afectará al sector turístico. De momento, toca esperar y estudiar a fondo las distintas propuestas (algunas de ellas muy ambiciosas) que hay en el mercado y que con total seguridad ayudarán a mejorar los procesos y las experiencias de los turistas.