Como cada 21 de enero los mediadores nos vestimos con nuestras mejores galas para celebrar que hoy es el Día Europeo de la Mediación.
El año anterior dedicamos el post de este día a la confusión de términos que suscita la Mediación, y como se utiliza indiscriminadamente como sinónimo de negociación, conciliación y hasta arbitraje. Hoy sin embargo, quisiera conmemorar esta fecha contando una anécdota de un compañero abogado, circunspecto respecto a la mediación, que ha tenido ocasión de asistir a una mediación en uno de los Servicios de Mediación gestionado por parte de un Colegio de Abogados.
El resultado no ha podido ser más desalentador.
Un mediador nada neutral, con mucha prisa, que no le ha dado su lugar, que le ha tratado como alguien ajeno a su conflicto, que no le ha legitimado, ni ha empatizado con él, y que para colmo, desde el primer momento ha llevado la mediación hacia una solución predeterminada.
¿Quieren saber la posición de este abogado respecto a la mediación, máxime si ha sido proporcionada al amparo de un Colegio Profesional, o prefieren poder imaginarla de forma creativa? Probablemente si lo cuenta tenga más público que yo cuando hablo de las ventajas de la mediación. Y eso, a mi parecer, constituye un peligro para la difusión de la mediación.
Da la sensación de que se ha vendido la Mediación como algo tan “moderno” y “novedoso”, a sus más de 50 años, que muchos se han apuntado a ese carro, sin ver más allá de lo “chic y cool” que es.
El resultado es que hay demasiadas personas formadas en “mediación” y no en Mediación, que no dudo de su buena voluntad al estudiar esta materia, pero no han conseguido una formación adecuada a través de un master on line, o sin ni siquiera un role play a sus espaldas. Incluso hay mucho mediador sin la sensibilidad natural que les hace ser idóneos para desarrollar esa labor, del mismo modo que es necesario para desarrollar otras profesiones como puedan ser las de torero, médico o soldado, se necesita ser de una pasta especial como dice el argot colectivo. Incluso, en los cursos de “reciclaje” que tenemos la obligación legal de realizar, he visto zanjar la cuestión de un mediado por parte del mediador con un “ Y punto.” reforzado con el movimiento de la mano que sostiene un bolígrafo y con una expresión facial que no permitía opción a réplicas.
Admito que hoy en día no es fácil conseguir que la ciudadanía acuda a mediación, pero precisamente por esa razón, cuando llegan a nuestras manos, los mediadores deberíamos cuidar aún más nuestra labor, la actuación de unas pocas personas puede torpedear el trabajo de años de muchos otros mediadores preocupados en cuidar hasta el mínimo detalle en todas las mediaciones en las que participan, y hundir definitivamente una herramienta versátil con una larga y exitosa trayectoria no sólo en los países de nuestro entorno.
Por eso creo que es vital realizar un registro por escrito de lo que ha pasado y de nuestras emociones tras cada sesión y posteriormente que sean supervisados por otro compañero, no con ánimo de criticar, si no para mantener nuestra calidad en el trabajo pues tratamos con situaciones muy delicadas.
A nivel particular y a lo largo de solo tres folios, yo me pregunto esto:
-Desarrollo de la entrevista
-¿Se repite algo con continuidad, con insistencia?
– ¿Está arropada la crisis?
-¿Ha surgido algún tema relevante?
-¿Ha habido alguna intervención?
-¿Qué tareas pendientes había?
-¿Cómo te has sentido?
-¿Cómo les has sentido?
-¿Qué técnicas has utilizado?
-¿Han sido todas útiles? ¿Cuáles crees que no han sido útiles?
-¿Cómo has visto la evolución del proceso?
– ¿Y de los mediados?
-¿Y la tuya?
No sólo refresca la memoria de cara a una nueva sesión, de un breve vistazo recuerdas lo más relevante y llamativo de la sesión anterior, si no que ayuda a pulir los errores que tenemos todos, al tiempo que agudiza las alertas sobre si se infringe la neutralidad, si se debe o no formular una pregunta de determinada manera, si una parte necesita más espacio, un descanso…
Cuidemos las mediaciones que tenemos, porque sólo así el boca a boca irá colocando la mediación en su lugar.
Feliz día Europeo de la mediación.