Definición de comediación, ¿herramienta o técnica?
Gema Murciano
Codirectora de sepín Extranjería . Coordinadora de sepín Mediación y Arbitraje . Redacción Jurídica de Sepín
La definición de comediación a priori es simple y podría delimitarse como la intervención que se produce de varios mediadores trabajando de forma conjunta en un mismo supuesto con un objetivo común.
Teniendo claro su definición, no parece tan sencillo concretar su naturaleza. Pese a que la RAE define diferenciadamente en su acepción cuarta la palabra técnica como “Conjunto de procedimientos y recursos de que se sirve una ciencia o un arte”, y herramienta, combinando el significado primero y segundo, como un “Conjunto de instrumentos que se utilizan para desempeñar un oficio o un trabajo determinado”, no podemos dar una respuesta sólida y dependerá de cada mediador concreto.
En este sentido, cuando la comediación es nuestra forma de ver y realizar una mediación, no cabe duda de que estamos ante una técnica, y cuando usamos la comediación de manera puntual ante casos concreto, la comediación se convierte en una herramienta más para utilizar en durante la gestión del conflicto.
La comediación como herramienta es útil en numerosos supuestos:
- Asuntos complejos.
- Cuando el mediador no está muy familiarizado con el tema central de la mediación, por ejemplo tiene otra especialidad.
- Cuando confluyen asuntos de diferentes naturalezas, por ejemplo un tema de empresa familiar, dónde es importante que se tengan conocimientos sobre las especialidades de los conflictos familiares y de los conflictos empresariales.
- Existen varios participantes.
- Hay un desequilibrio de poder, ya sea de género , cultural, o de edad.
- Cuando se está iniciando la profesión. Contar con un mediador veterano ayuda a superar el vértigo de las primeras mediaciones y a coger confianza en aplicar el resto de las herramientas.
La comediación, ya la utilicemos como herramienta o técnica cuenta con numerosas ventajas que deberán valorarse frente a algunos inconvenientes que presenta:
- Al ser un trabajo en equipo, es posible distribuirse la gestión del conflicto, facilitando su desenvolvimiento.
- Mejora la escucha activa.
- Amplía y flexibiliza la diversidad de criterios en la percepción del conflicto planteado por las partes, o que por extensión, aumenta la posibilidad de ayudar a éstas a hallar solución a sus disputas.
- Al compartir la responsabilidad y presión, el desgasta físico y emocional del mediador es menor.
- Genera confianza y profesionalidad.
- Los sentimientos de identificación, dependencia, ira y desconfianza de las partes no se centran en la figura de un solo mediador sino en dos, debilitando la carga emocional al impactar sobre ambos.
- Favorece la comunicación entre mediadores.
- Permite una alternancia de roles.
- Ayuda a realizar tanto la supervisión como los registros personales analizando nuestras emociones y reacciones que nos sirva para identificar qué nos pasa, rebajar la ansiedad que nos genera intentar ser imparciales y que, al mismo tiempo, nos ayude a realizar estrategias para no contaminar dicho procedimiento con nuestro sentir o nuestras experiencias. (Técnicas del mediador: el registro personal: sp/DOCT/19734).
- Sin embargo, puede aumentar el coste económico de la mediación.
- Puede resultar ser más complicado “cuadrar agendas”.
- Por que no se pueda llegar a un acuerdo de cuál de los mediadores llevará el peso de la mediación.
Para asegurarnos el éxito de la comediación, debe existir una compatibilidad entre los mediadores, por ejemplo, en aplicación de los modelos de mediación, por ello es recomendable que previamente acuerden las estrategias que seguirán: la posibilidades de caucus, como manera puntual, o como técnica vertebral del proceso, si se está de acuerdo con la presencia de terceros en el proceso, ya sean los respectivos abogados, o familiares y/o amigos que pudieran tener un papel influyente en el conflicto, así como la presencia de menores, si llegara el caso.
También es importante la configuración de varias pautas de funcionamiento, sobre cómo abrir y cerrar las sesiones, como se darán la palabra (la técnica de pasarse el bolígrafo es la más habitual), quién atenderá más a una parte, o al lenguaje verbal, de modo que entre ellos se cree una actitud de respeto y de cooperación, y de cara a los mediados de unidad e impedir que quede comprometida su imparcialidad y neutralidad.