¡Feliz Día Europeo de la Mediación! ¿Qué relatos ganaron nuestro I Concurso de microrrelatos, poesía y haikus?
Gema Murciano
Codirectora de sepín Extranjería . Coordinadora de sepín Mediación y Arbitraje . Redacción Jurídica de Sepín
El 21 de enero, coincidiendo con la fecha de aprobación de la Recomendación n.º R (98)1, sobre Mediación Familiar, aprobada por el Comité de Ministros del Consejo de Europa el 21 de enero de 1998 en su 616.ª reunión, se conmemora el Día Europeo de la Mediación.
Con motivo de esta efeméride, la Editorial Jurídica Sepín y el portal especializado TOP Jurídico Mediación y Arbitraje organizaron un Concurso de microrrelatos, poesía y haikus: ¿me lo cuentas? con la mediación como hilo conductor.
En primer lugar, queremos agradecer la participación de todos los autores, que ha superado con creces las expectativas. Muchísimas gracias.
Tras una deliberada (y emocionante) votación (con un cuádruple empate) por parte del Jurado formado por miembros del Departamento Jurídico de Familia, Mercantil, Responsabilidad Civil, Tráfico, Arrendamientos Urbanos, Propiedad Horizontal, Nuevas Tecnologías, Administrativo, Mediación, y del Departamento de Marketing, se alzó con el primer premio, dotado con tres meses de suscripción al TOP Jurídico Mediación y Arbitraje, el siguiente relato:
Pulsaciones
Llego a tiempo. Pensé… no me pondré nervioso, pero tengo el estómago encogido. Primer piso, puerta derecha, dedo en el timbre y mi corazón se sale del pecho. Aparece la mediadora, resulta agradable. Nos dirigimos a la sala, mi mujer está ahí, sentada, me mira de reojo, tengo la boca seca, 100 pulsaciones. Nos sentamos y comenzamos. El sitio es sencillo pero acogedor. Ya nos habían explicado en qué consiste la mediación. Firmamos el acta inicial. Habla la mediadora, me pongo más nervioso pensando en lo que voy a decir, 120 pulsaciones, estoy encogido en el asiento. Mi turno, empiezo a hablar, 150 pulsaciones, es como si me sacaran pus, me duele y me alivia a la vez. Seguimos un rato largo. Habla ella, hablo yo, la mediadora va haciendo pequeños apuntes que nos van ayudando. Poco a poco mi corazón se estabiliza. Me encuentro bien, 75 pulsaciones, ha sido algo difícil, pero nada que ver con los meses que llevamos de discusiones y dolor. Siento que se ha abierto una ventana. Los días siguientes van rodando, con algún bache, pero avanzando. Estoy más centrado y tranquilo en mi trabajo y con mis hijos. Corazón al fin estable, muchas gracias.
María del Mar Oriol López
Con el segundo premio, dotado con un mes de suscripción a TOP Jurídico Mediación y Arbitraje:
Mediación nació prematura. Sus padres, allegados y conocidos la mimaron con ternura, le dedicaron años de cuidados, sin horarios ni retribución, cargados de buenas intenciones. A medida que pasaba el tiempo, Mediación se convirtió en una joven solvente, con capacidad para inspirar a muchos y con una forma de desempeñarse única y profesional. Comenzó a dar buenos resultados en su escuela y, como era curiosa por naturaleza, indagó en muchas disciplinas que, al principio, pareciera que no le pertenecían. Cuando finalizó su carrera, muchos querían tener a Mediación de su lado, pero ya no les gustaba tanto esa forma libre de acercarse al problema y querían que Mediación se decantara por uno u otro bando, sin comprender que su esencia era la multiparcialidad, o estar del lado de todos. Mediación se sentía extraña; lejos quedaban los años de lucha inocente, del ganar-ganar, y lejos también los frutos esperados. Por eso, un día Mediación y todos aquellos familiares, amigos y allegados que la entendían salieron a la calle y se negaron a convertir en lobo a la pequeña oveja mediadora.
Laura Hernández Perera
Con el tercer premio, dotado con un mes de suscripción a TOP Jurídico Mediación y Arbitraje:
La situación estaba tensa. No conseguía hacerle entender que tenía que hacer lo que yo le estaba diciendo. Que era lo mejor para él. Se había posicionado y no conseguía que comprendiera el interés más allá de toda posición. Lo que le beneficiaba, lo que le estaba ofreciendo. No quería seguir insistiendo para no recibir un «no» por respuesta. Así que de repente se me encendió una bombilla y pensé qué pasaría si era él el que daba la solución y no yo. Por ello recurrí a la vieja técnica de posicionarle en el lugar del otro. Le creé un escenario: Imagina que eres papá y tu hijo está malito. Si quieres que se cure, ¿qué harías? Pensó durante un instante y dijo: «Le daría una medicina».
Inmaculada González Pina
Desde aquí queremos dar la enhorabuena a todos los premiados por sus relatos, esperando que disfruten de este día tan especial para los mediadores.
Felices mediaciones.