… profesionales que piensen distinto, que piensen nuevo, que sumen valor a los pensamientos, a la imaginación, a la emoción…
… profesionales líderes en la profesión, en la competencia, en el mercado…. en el presente, y en el futuro…
En esta profesión de la abogacía, como en tantas otras, aún quedan sólidos resquicios de pensamiento que consideran que es suficiente con ser un buen técnico para adquirir la excelencia profesional. Sin duda, tenemos que ser buenos técnicos en nuestra materia, aunque también lo son los ingenieros, los médicos… en las suyas respectivas.
¿Qué nos diferencia del resto de profesionales de otras profesiones, o de otros abogados excelentemente técnicos? Poco, o nada.
¿Cuántos profesionales ‘excelentemente técnicos’ podemos contar? Probablemente el 98%, ahí están todos.
¿Y qué ocurre en el 2% restante?
Aquí está ese profesional que realmente lidera en su profesión. Aquel profesional que más empatiza con su cliente, aquel profesional que es más creativo en sus propuestas de solución de problemas, aquel profesional cuya génesis motivacional le lleva a adoptar las más acertadas decisiones. Aquí solo están unos pocos, los que realmente marcan la diferencia.
Entonces… ¿Cómo liderar?¿Cómo marcar la diferencia? ¿Cómo cambiar?
Solamente tenemos que utilizar dos términos: Creatividad e Innovación, esto es:
Sí, pero… ¿Cómo? No es ni fácil, ni difícil.
Nuestro pensamiento tiende a trabajar de la forma que considera la más eficaz posible, para ello fija y funciona con ‘patrones dominantes’, esto es, tiende a actuar de la misma manera ante situaciones similares. Sin duda todos hemos comprobado, y somos conscientes de que cuando nos enfrentamos a un reto nuevo nos supone un gran esfuerzo mental, aún no hemos creado el patrón, pero sí en la suma de la siguiente y las posteriores veces, finalmente nuestro pensamiento configura ese ‘patrón dominante’ que nos facilita enormemente todo.
Pues bien, la creatividad consiste en retar a nuestro pensamiento para que ante situaciones similares a otras anteriores piense de manera diferente y novedosa. Esto lo conseguimos trabajando con técnicas creativas que llevan a nuestro cerebro a generar decenas, cientos, miles de ideas ante un mismo estímulo.
… Sí, ya, pero es que a mí, no se me ocurre nada…
No somos talentosos en creatividad por naturaleza, la creatividad se despierta y se desarrolla trabajando con las técnicas y metodologías adecuadas.
Una práctica que suelo utilizar para explicar y que se entienda perfectamente ‘esto de la creatividad’, es la siguiente:
… Sí, ahora sí, es increíble la cantidad de ideas insospechadas que se me ocurren…
Esto es realmente extraordinario, y es el primer paso para la ‘creatividad innovadora’, sin embargo, no es suficiente con tener miles de ideas, es necesario que esas ideas aporten valor, en ese momento es cuando empezamos a hablar de innovación. Si bien es cierto, que cuantas más ideas tengamos, más posibilidades tendremos de encontrar la innovación necesaria en algunas de ellas.
Innovación es un término que nos resulta más conocido, especialmente cuando lo relacionamos con innovación tecnológica, innovación en procesos, en recursos… pero, ¿cuántas veces hemos escuchado hablar de innovación en pensamiento? ¿De generar ideas creativas e innovadoras en mi profesión? ¿De creatividad innovadora en la abogacía?
En el libro ‘Creatividad Innovadora #forlawyers’ se recogen prácticas directamente aplicables y aplicadas al trabajo diario del abogado que nos darán una nueva mirada, cuando menos de mejora, y cuando más de cambio, para liderar con éxito nuestra profesión, desarrollando nuestra inteligencia emocional, nuestra creatividad y nuestra motivación, dando respuesta a preguntas tales como:
‘Creatividad Innovadora #forlawyers’ también tendrá la facilidad de generarte preguntas más allá de las habituales, más allá de los miles y miles de pensamientos que tenemos al día, de los que el 95% de ellos son los mismos.
No quiero concluir este artículo sin añadir de una manera destacada, los tres elementos de los que se nutre la ‘Creatividad Innovadora’, esto es, trabajar sobre:
Fuente de referencia: E. Bachrag · David de Prado