3 consejos para que tu imagen no se vea afectada después de las vacaciones
Por fin se acercan las esperadas vacaciones de verano. Después de un año de duro trabajo toca descansar y desconectar de los asuntos jurídicos. Ahora es cuando nos relajamos y nos despreocupamos de nuestra vida laboral.
Pero dicha despreocupación puede llegar a ser un error garrafal, puesto que hay determinados aspectos del entorno familiar y personal que es preferible que no los conozcan nuestros clientes o nuestro entorno laboral. Y ahora, con la instauración de las redes sociales en nuestra vida cotidiana, se cometen errores que posteriormente pueden afectar a nuestra fama o prestigio profesional.
No debemos olvidar que nuestros clientes o las personas interesadas en contratar nuestros servicios utilizan Internet y muchas veces nos buscan en Google. Por lo que es importante que la primera imagen que vean de nosotros no sea perjudicial, ya que el prestigio profesional del abogado está en juego.
Así que destaco tres consejos básicos que, en mi opinión, ayudarán a salvaguardar el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen reconocido en el art. 18.1 de la Constitución, en el periodo de vacaciones estivales, también extensibles a nuestra vida cotidiana:
1.- Configura bien tu privacidad en Facebook: Por defecto, en esta red social todos los contenidos que subimos son accesibles al público, aunque la persona que esté viendo nuestro perfil no esté ni dado de alta como usuario. Simplemente con buscar nuestro nombre en Google, uno de los primeros resultados será nuestro perfil en Facebook, a no ser que hayamos cambiado nuestro nombre real por un alias o pseudónimo.
Además, cualquier persona puede etiquetarnos en una foto, lo que significa que esta saldrá en nuestro perfil y cualquier persona podrá verla, sin que nosotros hayamos dado nuestro consentimiento previo.
Por estas razones, y otras más, es importantísimo acceder a la pestaña de privacidad y configurarla, de tal manera que mis publicaciones solo las puedan ver mis amigos, que se necesite mi aprobación para que me etiqueten en fotografías, que nadie pueda publicar en mi biografía, etc.
2.- No subas a las redes sociales fotografías comprometedoras: A muchos les gusta publicar una foto en una playa espectacular con poca ropa, una de sus hijos haciendo un castillo de arena o compartir con sus “amigos” de Facebook o seguidores de Instagram, Pinterest o Flikr una buena noche de desenfreno… Pues bien, es recomendable pensarlo dos veces antes de hacerlo.
Igual que no paseamos por la calle con poca ropa, enseñando “hazañas” a desconocidos y presentándoles a nuestros hijos, no lo hagamos en las Redes Sociales, puesto que es el mayor escaparate del Siglo XXI y es muy difícil controlar el alcance o “viralidad” de esas fotografías, una vez publicadas en Internet.
3.- No tuitees al “tuntún”: Es muy fácil sacar el móvil y publicar en Twitter un comentario algo fuera de tono, compartir con tus followers lo feliz que te sientes de vacaciones con tu familia publicando una foto idílica. Pero, por las mismas razones que expuse anteriormente, es mejor no hacerlo. Muchos son los casos en los que tuiteros se han visto envueltos en problemas, tanto jurídicos, como profesionales y personales, por un tuit desafortunado.
Por tanto, insisto, debemos ser cautos con la información que compartimos en redes sociales.
Y, como último consejo, valga un dicho popular para terminar mi comentario: “No hagas nada de lo que te puedas arrepentir”.
¿Qué otras advertencias creéis que deben tenerse en cuenta?