Ciclistas y casco obligatorio en ciudad, ¿sí o no?

En estos días mucho se está leyendo sobre la conveniencia o no del establecimiento de la obligatoriedad del uso del casco por parte de los ciclistas en las ciudades, ya que, actualmente, tan sólo es obligatorio en vías interurbanas.

Confieso que es un tema que nos preocupa a aquellos que modestamente hacemos nuestros “pinitos” sobre las dos ruedas -o, al menos lo intentamos, en mi caso personal- los fines de semana, y más ahora, cuando estando próximos al verano, donde «sufrir» el casco puede convertirse en una verdadera pesadilla.

Es clara la voluntad del Gobierno de fomentar el uso de la bicicleta y así lo demuestra el hecho de añadir un capítulo entero en la reforma del Reglamento de Circulación y de ampliar la cobertura del ciclista en la modificación de la Ley de Seguridad Vial.

Efectivamente en el Proyecto de Reforma del Reglamento General de Circulación (aprobado por RD 1428/2003, de 21 de noviembre)  se introduce la obligatoriedad de uso de casco para ciclistas en todo tipo de vías, como elemento de protección coherente con el objetivo de hacer posible que las bicicletas circulen por la calzada de las vías urbanas en un contexto de seguridad.

 Así, se introduce un artículo 179 que determina:

“Otras normas. 1. Los ciclistas, y en su caso los ocupantes, estarán obligados a utilizar cascos de protección homologados o certificados según la legislación vigente. Los ciclistas en competición y los ciclistas profesionales en entrenamiento o en competición, se regirán por sus propias normas”.

Y, como ya se ha comentado en otros posts, pese a que la propuesta de Reforma del Reglamento contiene otros temas seguramente igual o más importantes (los descensos de velocidad, por ejemplo) el uso o no del casco se convirtió en el gran protagonista de la reforma del Reglamento General de Circulación que presentó en el Congreso hace unos días la directora general de Tráfico, María Segui.

 Dos son las corrientes de opinión a favor y en contra de la medida:

 – Por un lado, las principales asociaciones de víctimas de accidentes de tráfico, fundaciones de seguridad vial, clubes de automovilistas y aseguradoras, que apoyan sin fisuras la nueva exigencia que se trata de introducir.

 – Por otro lado, organizaciones en defensa de la bicicleta, casi una veintena de Ayuntamientos y hasta la Federación Española de Ciclismo, que se muestran manifiestamente en contra.

Pero el uso del casco por los ciclistas en la ciudad,  ¿debe ser una obligación o una recomendación? ¿tendrá unos efectos perniciosos en el fomento del uso de la bicicleta o no?

La Directora General de Tráfico y la nota publicada por dicho órgano defienden la conveniencia de la medida. Así señala dicho órgano  que se trata de recoger las premisas y recomendaciones del informe de la OMS indicándose que existen países que tiene promulgada Ley con la obligatoriedad del uso del caso para todos los usuarios: Nueva Zelanda, Israel, Australia (al menos 2 Estados), 21 Estados de USA, Colombia y Finlandia.

Otros países recogen esta obligatoriedad para menores de edad, como es el caso de Canadá, Suecia, Japón, Islandia, Israel, Estonia, República checa, Croacia, Eslovenia.

Lo cierto es que en el debate la mayoría de los partidos con representación en la cámara (PSOE, CiU y UpyD) ya expresaron su rechazo a la utilización obligatoria del casco en las urbes y se mostraron proclives a que se quede en una simple recomendación.

La Dirección General de Tráfico subraya que en el 2011 fallecieron 49 ciclistas y hubo 3.767 heridos graves, de los cuales 622 presentaban lesiones de cabeza, lo que representa un 17 %. El uso del casco reduce el riesgo a sufrir este tipo de lesiones en un 70%, por lo que habría 490 lesionados menos.

 En el otro extremo de la balanza están asociaciones como Pedalibre  y ConBici, que se oponen, junto a un listado interminable de Ayuntamientos a su imposición o sostienen que sea una simple recomendación, por considerar que dicha norma sería perjudicial para el medio ambiente y la seguridad del tráfico en general. Estas asociaciones vienen a señalar que el uso del casco con carácter obligatorio se traducirá en la segura disminución del uso de la bicicleta.

Mi opinión personal y, respetando las demás, es que la comodidad o los simples números de utilización mayor o menor de la bici no pueden justificar, según mi modesto criterio, la limitación al establecimiento de normas de seguridad y protección de los usuarios. También el cinturón de seguridad es incómodo y nos acabamos acostumbrando a él y lo mismo sucederá con el casco o, al menos, eso me pasó a mi. Al principio era una incomodidad y ahora modestamente no sé salir sin él … es como si me faltara algo. Pero ya veremos como acaba el tema.